Cuando uno necesita meter un poco de sentido común en su vehículo es cuando se le presenta la oportunidad de escoger piezas de segunda mano de coches, que hoy en día tienen un resultado más que adecuado si lo que pretendemos es hacerlo todo con cierto sentido común. Vivimos unos tiempos tan complicados que hemos de saber elegir con corrección lo que nos interesa, cuando nos interesa. Pues bien, ahora lo que hay que llevar a cabo es una buena búsqueda de repuestos de desguace con los que entablar un diálogo entre el ahorro y la calidad más pertinentes. De lo contrario estaremos irremediablemente perdidos…
¿Por qué decimos esto? Pues porque dice el castellano refrán que en los malos tiempos hay que arar con los bueyes que nos han tocado, así que no estaría de más que tuviéramos en cuenta este sabio dicho popular para lidiar, en los momentos actuales, con lo que nos puede hacer ganar dinero. O al menos, con lo que puede evitarnos despilfarrarlo…
La verdad es que muchas veces hablamos de ahorro, y en realidad se trata más bien de no tirar nuestros euros por el sumidero. No hay nada peor que malgastar nuestros recursos, por eso es acertada la elección del desguace, ya que nos brinda la oportunidad de actuar con gran acierto a la hora de devolver nuestra plataforma rodante a la carretera. No renunciar a la autonomía que nos brinda un coche es el primer modo de seguir siendo libres.
Por cierto, y antes de que se nos olvide: el desguace sí que tiene una fórmula con la que ganar algo de dinero. En efecto, un automóvil averiado que no pueda seguir marchando, o un coche siniestrado que se haya convertido en un amasijo de hierros tienen rápida y sencilla solución gracias a los desguaces, pues lo que hemos de hacer es tasarlo. En efecto, cualquier desguace nacional nos ofrecerá una tasación conveniente y convincente, así que estaría bien que tuviéramos esto en cuenta para lograr una operatividad total y adecuada siempre que así lo deseemos. Y porque además podemos quitarnos de en medio un problema que, en ocasiones, puede ir más allá del simple accidente.
Así que toca hacer las cosas bien, al menos en lo tocante a nuestros vehículos siniestrados. Si un automóvil es disfuncional y no tenemos más remedio que recurrir a una pieza usada, por favor, que no nos dé ningún reparo. Hay que adaptarse a lo que nos ha tocado vivir, porque gracias a ello seremos personas que saben capotear los malos tiempos y afrontarlos con arrojo. Que se note que estamos preparados para torear la crisis y decirle que no, que esta vez no nos va a llevar por delante. Ni a nosotros ni a nuestro coche averiado…