Los bebés pasan gran parte del día durmiendo, por ello el colchón de cuna debe ser cómodo y seguro, es decir tiene que permitir al bebé descansar correctamente además de evitar problemas de columna, riesgo de muerte súbita o alergias. Existen multitud de modelos y materiales diferentes entre los que elegir, pero ¿qué características debe tener el colchón de cuna? ¡Os las contamos a continuación!
¿Cómo debe ser el colchón de cuna?
Si es un bebé de corta edad, el colchón de cuna debe ser cómodo pero contar con un grado óptimo de firmeza para evitar los reflujos y el síndrome de muerte súbita del lactante.
El colchón debe encajar perfectamente en el espacio interior de la cuna sin que queden huecos ya que esos podrían ser peligrosos al existir la posibilidad de que la cabeza o las extremidades del pequeño queden enganchadas. Debe tener un grosor de 12-15 cm.
Hasta los dos años no es necesario el uso de almohada. No se recomienda colocar peluches para dormir hasta los 8 o 9 meses.
Entre los 3 y 8 años, el colchón debe permitir libertad de movimientos y cambios de postura y contar con un tratamiento antiácaros. El nivel de firmeza dependerá del peso del niño.
El certificado OEKO-TEX garantiza que el colchón de cuna está libre de sustancias nocivas.
El colchón de cuna debe estar elaborado con materiales de calidad. Algunos de los materiales más utilizados son:
- Fibra de coco. Transpirable y antihumedad.
- Viscoelástica. Gran adaptación al cuerpo y rápida recuperación de la forma original.
- No se altera con los cambios de temperatura.
- Hipoalergénico, transpirable y ecológico.
- Látex natural. Hipoalergénico, transpirable y adaptable al cuerpo.
¿En qué te fijas a la hora de adquirir un colchón de cuna? ¡Cuéntanos tu experiencia!